Niall se miraba sin
apenas convicción en el espejo. La dependienta no paraba de sonreírle y decirle
lo bien que le quedaba el traje, aunque a su parecer eso era lo habitual cuando
ibas a comprar ropa. Todo te quedaba bien. Él negó con la cabeza acompañando el
gesto con una leve mueca y se probó un par más. Él último no estaba nada mal.
Gris oscuro, sencillo. Junto con el traje decidió llevarse una corbata color
salmón, los zapatos ya los tenía. Eran los que llevaba para ir al trabajo,
negros, como todos seguramente los llevarían. Parecía que no había otro color
de calzado.
Debajo de la chaqueta
gris se pondría una camisa blanca. En un principio pensó en llevar su traje
negro del trabajo, pero no era cuestión, y finalmente se decantó por un traje
nuevo el cual utilizaría en momentos especiales.
Ya lo tenía todo. Por fin
se había quitado todo aquel “caos”, según pensaba él, de la boda de su amigo.
No quería pensar en todos los preparativos que conllevaría para los que se
casaban. En sí, los invitados necesitaban preparar su indumentaria para ir presentables.
Y aunque pareciera que no, aquello suponía antelación para quienes querían no
ir de cualquier manera.
Pero la vida te da
sorpresas, y nunca sabes cómo se desencadenarán.
El día de la boda…
Se preparaba
detenidamente, arreglándose a la perfección la corbata, peinándose el pelo
hacia atrás, echándose perfume… Una vez estuvo listo cogió su teléfono móvil y
las llaves. Arrancó el vehículo y en escasos minutos llegó a la nueva
casa de la pareja, con un enorme jardín cerrado en donde tendría lugar la
ceremonia. Aparcó unas calles atrás y el resto del trayecto lo recorrió
andando. Toda la entrada estaba repleta de gente riendo, saludando y hablando.
Poco a poco, iban entrando en la casa. Con el presente en mano, una vez en la
entrada, saludó a la hermana de la comprometida, la cual recibía al personal,
que sostenía una sonrisa en todo momento. Y ella, que estaba algo entretenida
intercambiando de vez en cuando unas palabras con los invitados, le miró y le
devolvió el saludo muy amablemente.
Una vez en el interior,
observó detenidamente, con curiosidad. La casa se mantenía en perfecto estado,
todo muy bien ordenado, elegante, con un olor peculiar (probablemente una
mezcla entre todos los perfumes y colonias de los invitados y el aroma a nuevo
que aún mantenía el lugar). Había una
mesa con una gran cantidad de regalos apilados unos sobre otros, así que dejó
junto al montón el suyo.
Salió al jardín, pues la
ceremonia no tardaría en comenzar. Todos los invitados tomaron asiento al
tiempo que hablaban amistosamente. En todos aquellos rostros se dibujaban
sonrisas. Minutos después, cuando la música empezó a escucharse, guardaron
silencio y esperaron impacientes familiares, amigos, conocidos… Niall no pudo
evitar sonreír cuando vio aparecer a su amigo y, finalmente, a la que sería su
mujer.
Tras el acto…
Felicitaciones, aplausos,
sonrisas… En el ambiente era notoria la felicidad que ocupaba en ese momento
los corazones de todos.
Ahora todos se aproximaban a las
mesas, situadas en el jardín que había al otro lado, atravesando de nuevo el
salón. Era prácticamente igual de amplio que el anterior.
Brad se encaminó hacia él
y ambos intercambiaron una sonrisa.
—Felicidades
—le dijo una vez le alcanzó—. Claire es una chica estupenda.
—Gracias —expresó en tono emotivo—.
Sí…—añadió—.
Sí es cierto que soy afortunado. Espero que tú también encuentres pronto a
alguien —le dio un leve toque a Niall con el puño en el hombro y ambos rieron.
—Será mejor
que vaya cogiendo asiento. Hay demasiada gente, no me gustaría acabar con comiendo
en el suelo como mi perro —soltó Niall
amistosamente posando su mano en el hombro trajeado de su amigo.
—En nuestra
mesa sobran asientos. Sería un honor que mi amigo se sentara con nosotros.
Niall, agradecido, siguió
a Brad hasta la mesa más amplia y se le ofreció asiento.
—Antes de
nada, me gustaría presentarte a los familiares de mi mujer—. Niall se giró y saludó con cortesía, estrechando la mano
del padre y besando la mano de la madre, a los padres de Claire. Repitió el
último gesto con la abuela de la chica.
— ¡Oh!, chicos
como este quedan pocos… —exclamó la mujer
soltando finalmente una risita al tiempo que se tapaba los labios con una de
sus manos—. No te lo tomes a mal, Brad. Tú
eres un muchacho estupendo y estoy orgullosa de que formes parte de la familia —sonrió la mujer asiendo con ambas manos una de las de Brad.
—Lo sé,
Isabella —sonrió éste—. Bueno —añadió—, tomemos asiento.
Me senté en la silla que
tenía justo enfrente de mí y contemplé cómo los demás lo hacían.
—Siento el
retraso, me he entretenido hablando —dijo una
voz dulcemente pasados unos minutos. Niall se giró en dirección a donde
procedía aquélla. Una chica joven lucía un vestido rosa claro con volantes en
la zona del pecho y ceñido por la cintura. Su pelo castaño perfectamente ondulado
conseguía llegar a la mitad de su espalda. Intercambiaron una rápida mirada y
aquella sonrisa que ella esbozaba se grabó unos instantes en su cabeza.
¿Quién es ella? Que intriga por el amor de dios! Quiero más más más más! ¿Cuándo subes nuevo? un beso reina!
ResponderEliminarJaja :3 Subo la semana que viene.
ResponderEliminar¡Gracias por comentar! ^^
Saludos.
Ay, lo leí anoche, pero se me olvidó comentarte xDD Está muy bien, Nuria :) Tengo ganas de saber qué pasará, de momento el relato está interesante :3 Y me pregunto qué tendrá de importancia la chica esta :)
ResponderEliminarMuchas gracias :3
ResponderEliminarMe gusto mucho!! Me gustaria saber qué mas pasa, me engancha mucho!!!
ResponderEliminarUn beso cielo! te espero
http://amormasalladelaunicidad.blogspot.com.es/
Me alegro, muchas gracias :)
ResponderEliminar¡Saludos!